viernes, 15 de julio de 2011

Londres

Tras un madrugon curioso, he recogido a isaac en la estación de tren de austerlitz Paris.
Sin mucho tiempo que perder, hemos partido rumbo a Inglaterra, hemos cruzado el canal de la mancha en barco desde Calais a Dover (119€ 2 pax y coche, aunque si lo reservas con antelación te peude costar la mitad), y hemos llegado a Inglaterra en un periquete. En cuanto la policía de aduanas ha visto un coche español (y con el gafe que siempre tiene Isaac para estas cosas) nos ha parado para inspeccionar el vehiculo y hacernos unas preguntas (que sinceramente, parecía la Gestapo). Mientras Isaac se partía de risa, una señora me ha preguntado que a donde ibamos, cuanto tiempo nos ibamos a quedar, donde, porqué, cuando ibamos a volver... una serie de preguntas cuyas respuestas no sabíamos o eran lo suficientemente incoherentes para ella. “Pues yo voy a recoger a mi esposa a escocia, pero antes me quedo unos días en Londres en casa de una amiga, pero el que viene conmigo viene a ver Londres y se queda con su hermano y otros amigos que ya están ahí porque han venido en avión y a mi colega le da miedo volar... bla, bla, bla”
La inspección del maletero nos la hemos ahorrado. No tanto porque la policia no quisiera echarle un ojo a ver qué llevabamos sino por la abundancia de maletas, bultos, bolsas y desorden del mismo. Asi que con el interrogatorio incoherente y todo, hemos pasado la aduana.

 Hemos visitado el pueblo de Canterbury, que nos pillaba de paso, aunque no hemos entrado a la abadía porque nos pedían 9 libras y la cerraban en media hora.
Nos hemos comido un fish and chips para empezar el viaje probando comida típica inglesa, (de lo que nos hemos arrepentido durante las siguientes 6 horas de retortijones y ardor de estomago) y tras un atasco importante, hemos llegado a londres por la puerta de atras (ya que la entrada a Londres, entres por donde entres, siempre es un poco confusa y laboriosa, cruzando varios barrios-pueblos antes de llegar a lo que minimamente se pueda parecer a una ronda de circunvalación).
Hemos dejado el coche aparcado al lado del museo británico y nos hemos ido a cenar y de fiesta hasta las mil quinientas. Nos alojamos en casa de una amiga, Nuria, que vive en una casaza impresionante, al lado del soho y hemos coincidido con el hermano de Isaac, Agustín y Josele que están en un hotel al lado de nosotros. Londres está lleno de bares y restaurantes, por lo que la elección del sitio, muchas veces es al azar. Esta vez en un italiano, con el padrino en la puerta, una camarera riojana y un encargado siciliano un poco borde (con razón porque cerraban a las 23:00 y llegamos a cenar a menos 5).  Tras la cena un poco de sentimiento patrio en un bar español en una callejuela al lado de Oxford street y copeteo vario en el soho, en bares de distinto pelaje. Las 4:30 de la madrugada es una buena hora para ir a dormir.
Mañana stonehenge (si es que sabemos llegar).

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