domingo, 10 de julio de 2011

Mont Saint Michel


Creo que no he comido tantos mejillones en mi vida, pero es que están tan buenos aquí que parece extraño no comerlos a diario. Esta vez me ha costado mas dar cuenta del kilo y medio de mejilones que me han puesto, pero sobre todo lo que me ha fastidiado es ver cómo un belga se pimplaba el mismo plato que yo en la mitad de tiempo. Ya tendría que verle yo comiendo gambas... le iba a dar pal pelo.
He parado a comer en una casa perdida en medio de una carretera secundaria. Estoy viajando siempre que puedo por carreteras comarcales, evitando en la medida de lo posible los peajes y los paisajes neutros, y visitando los sitios con mas encanto de los pueblos menos visitados. Aunque esta zona está trillada de turistas por todos lados. Volviendo al tema gastronomico, un kilo y medio de mejillones, una garrafa de vino peleón de la zona y un crepe de castañas y chantilly por 18€ sigue siendo un precio razonable, teniendo en cuenta que los menus de turistas de los restaurantes tipicos no bajan de 25€



Esta mañana he visitado Mont Saint Michel. Anoche pasé por aquí para hacer unas fotos nocturnas de la ciudad, y estuve compartiendo emplazamiento con otros fotografo algo más profesionales que yo, con grandes aparatos, tripodes y mandos a distancias. Aún así, y pese a que mis fotos no se acercan ni de lejos a los resultados que podía ver en las grandes pantallas de sus aparatos, mis fotos tampoco están tan mal. Eso sí, hasta que conseguí la foto, tiré más de 35 intentos con distintas configuraciones. Estuve a punto de acercarme a un japo a preguntarle como lo hacía. Al final, descubrí su secreto. Luz de Tungsteno en la configuración de colores, para conseguir el color morado del cielo nocturno. Cabroncetes...


Ya de mañana he ido a ver la ciudad por dentro, pudiendo comprobar la cantidad de japoneses que hay por todas partes. A lo largo del viaje estoy encontrando también muchos belgas, holandeses y alemanes, que son los que principalmente se mueven en 2 y 4 ruedas cuando van de vacaciones. Otra cosa curiosa es que muchos campings en los que he parado para preguntar precios y si podía poner la tienda de campaña, me han dicho que unicamente eran para autocaravanas, mobile homes y estancias largas, pero que no tenían sitio para una tienda de campaña pequeña durante una noche. Me ha parecido curioso, asi como los precios de algunos otros campings que si me dejaban tirar la tienda por el modico precio de 50€ (tienda, coche y persona). A ese precio prefiero dormir en hoteles de mala muerte o en los recientemente descubiertos “chambres de huites” que basicamente son casa que te alquilan habitaciones para pasar la noche. El baño es compartido y suelen costar entre 40€ y 90€ por lo que tampoco es que sean muy baratos, pero por lo menos son peculiares. 



Volviendo a Mont saint michel, ya de día, por dentro está lleno de calles empinadas, tiendas de souvenirs para turistas y restaurantes tipicos, al estilo de segovia, pero en pequeñito. Por las calles no se puede uno parar, ya que la marea de turistas de lleva sin descanso hasta la cima, donde está la abadía. Por dentro no tiene mucho que ver, y además los 8€ de la entrada te los puedes ahorrar si entras por la salida, ya que no está vigilada. Una excursión de españoles entera ha entrada detrás de mi por esta puerta, con guía y todo. Si es que los españoles somos la ostia, y esta vez no me refiero para bien. Ya de bajada, antes de salir, he dado un paseo por dentro de las murallas para evitar las ordas de turistas que subian. 


Hay un corredor que las rodea por arriba que tiene unas vistas estupendas. Cuando de repente noto que algo cae a medio metro de mi. miro al suelo y me encuentro un pajaro asesinado por la jauría de gaviotas que sobrevuelan los dominios del monte. Cuidado con las gaviotas. Son animales peligrosos y no hay que fiarse ellos.  


Y ahora, rumbo a las playas del desembarco de normandía. Mañana más.

1 comentario:

  1. Me encanta Pablo!

    Viajar solo es una aventura estupenda! Sigue disfrutando y dándome envidia.

    Un besazo,

    Mery

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